Hola hermanos:
Les cuento un testimonio mío, una tarde me crucé con un vagabundo del barrio, yo tenia unos pesos encima que los iba a destinar vaya saber quien en que, hasta que se me ocurrió donde gastarlos. Me acerque al vagabundo, lo abrace, le pregunte si tenia hambre o sed, el me respondió que tenia sed así que le compre una gaseosa y compartí media hora escuchándolo, después lo bese, lo abrace y me retire. Hermanos, les digo que esto es lo mas hermoso que hay, ver a Cristo en el hermano, ayudándolo, escuchándolo, consolándolo o como sea, es hermoso. Cuesta hacerlo, es un paso de fe grande, que a medida que pasa el tiempo lo vamos internalizando. Yo les aseguro que cuando pasaba por al lado del vagabundo antes lo miraba con rechazo, pero esta vez lo mire con amor y lo ayude, compartí mi tiempo con él, con Cristo que vive en él como en nosotros.
Espero que este ejemplo les sirva a ustedes para ver distintas formas de experimentar el amor de DIOS y que lo puedan vivir plenamente.
Hasta la próxima.
Atte. Marcos Emiliano Mesa
miércoles, 2 de abril de 2008
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3 comentarios:
Me parece muy valiente lo que hiciste, ojalá tuviera yo tu valor. Me pareció exelente que eligieras esa historia para empezar tu blog. Dios siempre está dispuesto a recibirnos!!
Saludos Samuel.
"lo que hagan por uno de ellos... lo hacen por mi".
Gracias. es poco
Marcos Dios necesita hombres como tu ojala que en el mundo existieran personas que pudieramos visualizar atraves de nuestro projimo la figura de nuestro Senor Jesucristo y que hicieramos vida su santo Evangelio asi como San Francisco de Asis quien encontro la perfecta alegria entregando su vida a los mas nesecitados quetu ejemplo sirva de motivacion para que movidos por el Santo ESPIRITU se multipliquen las buenas obras recordemos que una FE sin obras es una FE muerta atte. Roberto Badillo muerta
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